Un implante dental es el sustito artificial de un diente o una muela. Tanto la raíz como el diente son sustituidos por piezas fabricadas para lograr un resultado final idéntico al de los naturales, tanto en aspecto como en resistencia.
Los implantes dentales se introducen en los huesos de la mandíbula mediante una cirugía sencilla. Al cabo de unos meses se integran en dichas estructuras en un proceso natural conocido como osteointegración. Una vez finalizado este proceso, se recubre con la prótesis definitiva, llamada corona. Entre el implante y la corona, se coloca una pieza intermedia que se llama pilar, que actúa como soporte del nuevo diente.
Los implantes dentales están fabricados en titanio biocompatible de máxima calidad.
¿Para qué sirve un implante dental?
- Sustituye los dientes perdidos
- Reemplaza uno natural destruido a consecuencia de una caries o enfermedad periodontal.
- Ocupa el espacio de una pieza ausente.
Es importante si perdemos un diente reemplazarlo lo antes posible, pues las piezas adyacentes se van desplazando, provocando un desequilibrio en nuestra boca.